domingo, 5 de julio de 2015

EN MADRID. ESE DÏA...


Yo me agarro a las instituciones como no hay dios. No te jode
En Madrid. Ese día María Paloma Adrados, después del recuento de votos, se dirigió a  sus señorías de La Asamblea:
Con 65 votos a favor, 37 en contra  y 27 abstenciones, la  señora presidenta Cifuentes puede ir, en este momento, al baño en un tiempo no superior a 12 minutos y para hacer exclusivamente la noble tarea de miccionar. En caso de necesitar utilizar la salida de residuos sólidos, deberá hacerlo asimismo, en el mismo tiempo y lugar. Es decir, en el aseo exclusivo dedicado a sus señorías mujeres según se sale del hemiciclo a la derecha.
Cristina, con media sonrisa forzada y aparentando que la coleta le apretaba más de la cuenta, salió  con paso acelarado  de la sala. Se dio cuenta, fatalmente, que ese día no llevaba reloj de pulsera y, se puso, mentalmente, a contar  el tiempo que tenía para regresar al escaño. Llegó, in extremis. La votación superó con creces los treinta minutos, y, casi, al filo de la inundación, se sentó de forma desesperada en el blanco y frío trono. Con los nervios, apenas pudo formar un leve hilillo dorado. Buscó en el cielo inspiración, como decía Serrat, y, al final pudo completarlo. Le sobraba más de seis minutos para volver. Cristina, ahora sonreía y farfulló levemente unas palabras a los azulejos mugrientos que tenía enfrente:
- Aquí me gustaría ver a la  Esperanza, la reina del Indasec. Putos pactos de mierda.


AHORA  UN LIBRO, POR ESO DEL VERANO....

EL SECRETO DE RIVER SIDE
Autor: David Rivera
Kailos Editorial S.L.
ISBN978-84-16023-42-4
2015

Criticamos un libro que, no por ser de una persona conocida nuestra, nuestra opinión dista mucho de ser complaciente. Posiblemente, a partir de ahora, nos mire con otros ojos.
El libro en cuestión es  EL SECRETO DE RIVER SIDE de David Rivera. Publicado este pasado mes de junio. Se trata de un, posible, divertimento, hecho durante un par de años por el autor en trayectos diarios de tren. Desde esa perspectiva, la crítica a la hora de enfrentarnos con este primer libro, pudiera quedar de esta manera. Siempre desde un punto de vista totalmente subjetivo, sin ningún criterio y, con ganas de tocar las pelotas. Aunque sea un conocido:
Vemos que  el autor usa y abusa de  la tercera persona. El narrador parece decidir el destino de los personajes. Sí, quizá como en la mayoría de las historias pero aquí con un lenguaje, excesivamente coloquial  y actual que, a veces choca cuando nos lleva a los años setenta. David mueve los hilos de una trama de suspense cargada con cantidad de traumas  adolescentes del pasado que llevan, como una mochila, los personajes. Es imposible perderse en la acción pues, el autor ya se encarga de recordarnos todo el leit motiv una y otra vez. Sea en el presente o en los flasckbacks que, por otra parte, nos piden a gritos una primera persona.
Tenéis que leerlo y opinar vosotros

El estilo es directo y, un tanto, atolondrado. Las descripciones parecen dar a entender datos, a veces, irrelevantes como el nombre y apellidos de todos los personajes, vengan , o no, a cuento. Creemos que, la historia, en si misma debe transcender a detalles y documentaciones exahustivas de las situaciones.
Creemos que  falta un poco más de sutileza y que debería mostrar, en ciertas escenas, más que enseñar Si un personaje no te engancha de entrada,  es difícil que lo haga aunque le  dediques veinte páginas a explicar la razón por la cual tiene los ojos azules ( es un ejemplo).
Quizá, todo este  follón, lastre un poco el devenir de la historia que, efectivamente, y a favor de David hay que decirlo, engancha. De la misma manera que el Código Da Vinci o Los Pilares de La Tierra. Por lo que si lo que se pretende, no lo sabemos, es emular esos éxitos, pues, va en el mejor camino.
David no prentende, o eso sabemos, trancender y si nos quedamos ahí, pues efectivamente, ha cumplido su misión con  un notable alto. Estos tiempos nos piden, a veces lecturas que nos evadan de nuestros  problemas y aquí,  en  honor a la verdad,sabe lo que hace y sabe transmitirlo. La historia en si misma en un transfondo de Mystic River, mezclado con Saw ( ! ay ese gore!) con  final de traca. Como los fuegos artificiales de las fiestas de Lincoln City vistos desde una cabaña. Sin duda, es la mejor época para disfrutarlo. David, el  próximo lo haces para  el  verano que viene

Rodrigo Leão-No Sé Nada
De A Mãe (2009)


Rodrigo, teclista  y bajista  portugués, procedente del mundo del rock con su primer grupo Sétima Legião  Después, se independizó  pronto  del yugo de Madredeus, se embarcó en los primeros noventa en distintos proyectos estilísticos de sublime instrumentación que va desde la música sacra de sus primeros discos, al mundo inventado de la banda sonora, o al ruidismo armónico de su último trabajo llamado La Vida Secreta De las Máquinas. Siempre en búsqueda de voces particulares,  como la de Beth Gibbons de Portishead, a veces se enfrenta a algún  que otro,resbalón, Pero, no vamos a decir nada malo de este señor que, todavía hoy en día, nos pone  el vello testicular de punta.
Se agradecería, por poner alguna sombra,  que no  transmitiese la sensación de aporrear ese tecladillo de feria que saca en sus conciertos. Hasta para eso es discreto el cabezón de Rodrigo



Querido amigo, yo no sé nada,
solo sé que a la hora de jugar,
igual a la hora de llorar,
no sé nada de nada