lunes, 7 de diciembre de 2020

ASINTOMÁTICA FELICIDAD ANTÍGENA DE LOS INQUIETOS IMBÉCILES...

IMBÉCIL INQUIETO BUSCANDO LÍMITES

...Que somos. Nuestras expectativas de felicidad han bajado tanto que nos conformamos con la seguridad que nos produce comprobar que las estanterías de los supermercados están abastecidas de papel higiénico y levadura. Algo mejor estaremos ¿o no? Las víctimas diarias forman parte del folklore de la nueva  tranquilidad normal. Las opiniones se dispersan en un caos de fonética ideología. Quizá somos más de lo que tú (o los tus) piensas. O no. La triste duda es el  axioma de unos gestores que juegan a la lotería en cada una de sus acciones. El ver si suena la flauta  es algo intrínsecamente español nunca reevindicado por los secuestradores de banderas. Joder. Si eres de aquí  y lo pregonas con marcial orgullo, lo eres con todas las consecuencias. ¿O no?  Las consecuencias para los demás. El infierno siempre son los otros. Los otros dicen que no. Que los otros más otros son el caos y la destrucción. Que no puede ser. Que los otros-otros-más otros se están cargando el estado de desecho derecho y apelan a los otros menos otros que le ayuden a recomponer las estrías y piel de naranja que por culpa del panteísmo ideológico pandémico España siga sumida desde décadas en la frase No tengo ni puta idea de nada pero lo superaremos. 

Ya sabemos que con ánimo y buen rollo la vida es más tolerable y más deslumbrante. Que nadie te vea cabizbajo porque serás un terrorista de la ilusión. No tienes derecho a amargar a nadie la existencia. Tienes que salir adelante por cojones aunque nadie se haya  detenido un momento a escuchar con atención tu historia y la de tantos que están en la trinchera sentimental de los distintos y variopintos sufrimientos. No es hora de airear las vergüenzas.  Sigue adelante con buena cara  y reza  a San Biontech para no ser un dato estadístico en un noticiero a la hora de cenar.

La verdad … como se decía en Abre Los Ojos de Amenábar, quizá no la podamos soportar. Cantaremos como  el Rey León: Vive y sé feliz sin saber la razón imbécil inquieto.