viernes, 7 de enero de 2022

EL APRÓSTATA

 Aquel día te sentí dentro. Muy dentro. Tu índice enguantado y lubricado exploraba el angosto rincón de mis oscuras desdichas. Fuiste rápida, eficiente y taxativa: “Ya está”.

Me subí los pantalones y te miré a los ojos con asombro e incredulidad. Te reíste. “Gerardo. Súbase todo bien que al final le inspecciono el ciruelo y no se lo cubre el seguro”. Ambrosia siempre sabía poner unas risas hasta en los momentos más incómodos.

Después de la tercera revisión empezamos a salir. Yo no es que tuviese unos encantos especiales que consiguiesen embriagar sus sentidos. Lo que pasó es que a base de esperarla en la  sala de espera de la consulta decidió una tarde gris y aburrida interesarse por mí. Tal vez  me tomó como curiosidad o como experimento, como verdad o como mentira convencida. No sé qué coño fue.  Lo cierto es que nos pilló la mierda del confinamiento. Se  vino a vivir a mi escueto y sombreado apartamento con balcón perfilado: aquel que solo entras de perfil y con cuidado de no caer desde un quinto piso.

Lo de follar se tornó en un auténtico alarde médico-científico. Joder. Si hasta tomaba apuntes. Los dos en pelotas  teníamos la suerte de llegar a la meta cagando melodías. Después me ponía a cuatro patas y ella y, por decir algo aproximado, hurgaba en la peor pesadilla  de un  voxero.  Creo que se pasó un poco. O no.  Vale que lo del índice ya estaba superado. Que el black kiss pasó de ser una   maravilla ignota por muchos a una rutina pero creo, que la excelencia llegó con el fisting. Me gustaba la hostia, pero ignoraba que era lo que tenía que seguir buscando todavía en mí. Me  preocupe mucho. Me vi metido en  un mar de intranquilidad y desazón.
AL FINAL LA NATURALEZA SE ABRE PASO POR DONDE SEA

Posiblemente había algo que no quería contarme. Algo letal cronometrado que era incapaz de decirme. Me preocupe muchísimo. Ambrosia ya no me miraba como antes. El fornicio seguía siendo de puta madre o así creí vivirlo. Las intranquilas noches fueron lo peor. Una vez soñé que me extendía un volante para biopsiarme el cuerpo entero. Me llenaban  de agujas por todas partes y mi única preocupación era, ya veis que absurda es la psique, saber cómo haría un sesentaynueve con mascarilla.

En mayo Ambrosia se marchó coincidiendo con  la primera relajación del confinamiento. En uno de esos paseos, vestida de runner, me dejó esperándola en mis tristes cincuenta metros cuadrados. Aún hoy sigo esperando no sé el qué. Por supuesto, las revisiones periódicas se las puede meter…

 A ver si al final lo que quería decirme era otra cosa.

 

NATEHIEL RATELIFF & THE NIGHT SWEATS  -  S.O.B

DE NATEHIEL RATELIFF & THE NIGHT SWEATS (2015)

Rateliff músico de Missouri iniciado discográficamente en los 2000. Sus inicios acústicos dylanianos y de excitante voz se tornó en  un vibrante compendio metiéndose en las raíces de la Americana Music, un robusto soul blues, pinceladas de medios tiempos influidos de  Dios en la tierra (Van Morrison) y el nunca olvidado Otis Reading. Con todo ello se montó su grupo Sudores Nocturnos (The Night Sweats) y ahí , creemos está la mejor versión y sudor de este hombre. Un aspirante, si no lo es ya, a puto amo.