lunes, 7 de febrero de 2022

DISTOPÍA TODO EL DÍA

Antes de ponerme en una  fila suelo fijarme en  la edad media. Ya me ocurrió un año que me puse en una y, al cabo de quince minutos, me di cuenta que era para entregar la carta de los Reyes Magos.

Te vi en una de más de cien personas que intentaban comprar un test. Yo estaba en otra que creo que era para solicitar cita en Atención Primaria. La memoria a veces me engaña y me manda las fotos que se salen de los cojones. Nuestras miradas postradas en esas  líneas paralelas se cruzaron. Hablamos y comentamos estupideces hasta que yo lentamente avanzaba llevado por la inercia y el empuje de una vieja indómita que iba detrás de mí  y que no paraba de decirme “Ande, ande ya”.

Tiempos aquellos notando soplidos en la nuca. Ya ni eso.

Así te fui conociendo en distintas hileras semejantes. Supe que tenías un perro de esos pequeños ruidosos comecoños.  Decías cosas como que eras una emprendedora de un negocio ruinoso que pensaba que la mayor transgresión actual es la monogamia y pensamientos por el estilo.

Perdí casi la esperanza deseada en el momento en el cual podríamos estar en la misma cola. Estaba harto de hablarte a gritos. Una vez intenté arrastrarte hasta la mía pero me lo impidió un grupo de mamarrachos hormonados que me patearon de lo lindo.  Vi esta vez como pasabas con tristeza por mi lado y no se me ocurrió otra cosa que hacerte un corazón con las manos. El dolor hace perder puntos. Está claro.

Aquel día estaba esperando para un restaurante. Enfrente había otra columna que esperaba turno para solicitar viajes del Imserso. No parecías tan mayor para estar ahí  pero la duda es la duda. Abandoné la oportunidad de verte y en el mismo momento oí tu  voz que me llamaba desde atrás, casi al final de la fila. Estábamos por fin alineados en la misma espera.

“Mañana voy al gimnasio a las seis”. Te grité alegremente

“Intentaré con toda mi alma estar a las seis pasados quince segundos”. Me contestaste diciendo adiós con la manita.

Y en esas estamos. Creo que hoy me costará dormir pensando que, con suerte mañana podré oler su prometedor aliento y rozar sus mejillas y saber  si necesitan  crema hidratante.

 

RADIOHEAD -  PARANOID ANDROID

DE OK COMPUTER (1997)

Ya tocaba hacer mención a uno de los grupos que dió sentido a la desnortada década de los 90. Thom Yorke y los suyos en su tercer álbum crean un compendio art rock alternativo fundamental para entender sus proféticas alusiones al consumismo, alienación y aislamiento social: lo que viene siendo el siglo XXI.