Desde la democracia químicamente pura y respetuosa de derechos humanos amarrado a mi barco, te escribo estas cuatro líneas. No pienses que, aunque lejos estos años, no he seguido tus éxitos en la capital (Espera. Ahora sigo. Es que me traen un espejito y una tarjeta con mi medicina. Estos achaques no me dejan en paz).
Sé que me echas de menos más aún después de todas tus movidas con los envíos. La familia hay que tenerla lejos de los negocios. Miráme a mí. Lo mejor es dar una capa de modernidad fictícia a los valores de siempre. Yo por ejemplo. Siempre he sido progre resultón y afable pero defendiendo los eternos valores sempiternos del feudalismo: me reparto a mi mismo la riqueza que me dan esos gilipollas, sigo manteniendo el derecho de pernada y encima me blindan, me protegen y me corean. Hay que ser imbécil. A veces se me va la olla y no veo el fin pero, es mi carácter ancestral.
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Es una metáfora. Soy republicano. Esto no es un barco. 3,2,1 Despierta
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Tus fotos de Telegram me consuelan mis mil y una noches solitarias. Mi asistente Nabila me baja y sube el prepucio con esmero mientras pienso en ti (lo prefiero a una fellatio con velo que me provoca ronchas). No es lo mismo tener una inmunidad onanista que pasar contigo una de esas noches juntos.Todavía recuerdo el peyote que compartimos tan bueno. Sí, el que te pasó Miguel Ángel. Pura elocuencia e inspiración para los discursos.
Posiblemente pueda verte en pocos meses. Estoy deseando que te enredes en mi andador y me hagas de majorette striper con mis muletas. Solo de pensarlo no veas cómo me pongo. (Nabila. Más rápido que tengo firma con el emir).
Como dices tú. No soy de nadie porque soy de todos.
Sin ti, estoy en un Ay.
Tu señor mayor.
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DE METROPOLIS PT2: SCENES FROM A MEMORY (1999)
La eclosión punk del 77 se llevó por delante todo el rock progresivo y sinfónico de años anteriores. Solo unos pocos clásicos sobrevivieron con mayor o menor dignidad. En los 80 el estilo empezó a renovarse en lo que se llamó neoprog con más énfasis melódico (Marillion). A la vez, la corriente más hard-rock y metal (metal progresivo) empezaba a asomarse. La mezcla modeló proyectos tan interesante como Arena y toda una eclosión de grupos nórdicos y de países del Este (Riverside, Opeth). La banda yanqui Dream Theater quizá sea una de las más paradigmáticas. En sus primeros trabajos la carga sinfónica conceptual es más evidente sin dejar de lado las líneas metaleras más agudizadas aún en discos posteriores. Los fundadores Petrucci, Myung y Portnoy crearon la perfecta máquina de renovación de un estilo, que lejos de languidecer, resplandece en constantes y frescas mutaciones. Espero que no se mosquee el puto amo Steve Wilson por decir ésto.
