Que la vida nos sobrepasa no es una novedad. Abominamos de las rutinas diarias pero, cuando
nos faltan, son el único sentido a mantenernos de pie todos los días. El ser
humano es un animal extraño, contradictorio, cruel, cobarde y temeroso. Estamos
hechos con esos mimbres y esas bases.
El dolor ¿Cómo es? ¿De subida o de bajada? ¿Y la curva? |
Algunos nos
animan, cuando, en realidad lo que nos gustaría es que nos diesen una patada en
los huevos por pusilánimes. La mayor parte de las veces aquellos que presumen
de empáticos son los más inestables. La
empatía, la comprensión, el escuchar no tiene que ser jamás alarde para
demostrar y decir a los demás lo buenas personas que somos porque tenemos un sufrimiento
igual superior al tuyo. Un Top Ten o una ginkana del dolor. El sufrimiento es
único, superable o insuperable a cada persona. Qué asco nos producen aquellos
que antes de relatar una desdicha propia nos vomitan la suya superior sin acabar
de conocer todo el alcance: individual, único, intransferible e incomparable de
un único ser que sufre, teme, piensa, medita y que no necesita conocer podredumbres
ajenas. La bondad, comprensión, empatía
y escucha activa se aprecia más en breves momentos de silencio. En una mirada
sincera que, en breves segundos se
dirige a una persona que tienes enfrente, que, encima nada tiene que ver
contigo. Pertenece al mundo de los otros. Son los demás. Esa mayoría que nos
importa una mierda su existencia a
veces con razón. Las batallas, entendemos que deben ser nuestras y privadas y
las victorias igual. Las derrotas. Bueno. No sabemos qué coño es eso. Solo
entendemos de fracasos políticos, económicos, sociales. Simples banalidades. El resto es
humo y azar.
Todo esto viene a cuento de estar jodido por las
mamarrachadas sempiternas de los Franco, las supuestas ofensas a trapos de
colores y ver que el poder siempre es de marca. Todo era una excusa para llegar
a esto. Y para comprobar que realmente, de verdad de la buena, nos importan
solo cuatro gatos con los cuales maullamos y desafinamos a gritos cualquier canción sin venir a cuento. Solo por el placer de ser y estar vivo.
NACHO VEGAS- LA ÚLTIMA ATROCIDAD
DE VIOLÉTICA (2018)
Nacho Vegas, frncotirador de cantautores, abre un espectro de creación, activismo, rock y vanguardia de la buena. De esa que nos lleva sorprendiendo desde que empezó su carrera en solitario en los 2000. Posiblemente sea el suicidio, justificado, de Ismael Serrano y algún otro anclado en el confort de la izquierda reconfortante donde el mensaje vale más que el medio, Con Nacho el mensaje y el medio son iguales: contradictorios, necesarios, sutiles, discutibles y transgresores. Sí. Hay transgresión que todavía no se ha domesticado ni le hace una fellatio al mainstream. Eso es Violética y ese es Nacho Vegas.
NACHO VEGAS- LA ÚLTIMA ATROCIDAD
DE VIOLÉTICA (2018)
Nacho Vegas, frncotirador de cantautores, abre un espectro de creación, activismo, rock y vanguardia de la buena. De esa que nos lleva sorprendiendo desde que empezó su carrera en solitario en los 2000. Posiblemente sea el suicidio, justificado, de Ismael Serrano y algún otro anclado en el confort de la izquierda reconfortante donde el mensaje vale más que el medio, Con Nacho el mensaje y el medio son iguales: contradictorios, necesarios, sutiles, discutibles y transgresores. Sí. Hay transgresión que todavía no se ha domesticado ni le hace una fellatio al mainstream. Eso es Violética y ese es Nacho Vegas.
"Y si yo fuera el último hombre en la tierra, ¿querrías repoblar conmigo este planeta?
- Y si llevamos, tesoro, juntos más de cinco otoños y aún no aprendiste ni a comer nieve en el coño."
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