VOX: GRITERÍO PARA SORDAS NEURONAS

Cuando los  chistes de taberna casposa se convierten en ideología se escuchan cosas como éstas en tertulias  con una  sublime y escogida oratoria digna del café Pombo. “Eso lo arreglo yo de  una vez y por todas” “Este país no tiene solución” “ Los putos inmigrantes que se vayan a su casa” “Sí. Esos que  han venido q quitarnos nuestro nuestro trabajo de mierda” “Mano dura. Es lo que hace falta para esos golpistas. Además les obligaba a rezar en español. “Joder. Que esto es  España. El que no quiera estar que se vaya de aquí.” “Todo eso lo apañaba yo con una caja de balas”

El único programa que deben aprender los votantes

  De la historia a veces se aprende algo, poco o nada. Se podrán tener ideales o tener ideas en blanco. Se podrán equivocar o acertar en el engaño. A veces nos creemos nuestras propias mentiras porque es lo que justifica nuestras acciones. Pero, lo injustificable es que la ignorancia tome el poder.  Todos aquellos que adquieren la información y la cultura de oídas no nos sirve. Eso no es ser un autodidacta político ni es gente de la calle que escucha nuestros problemas.  Es el aprovechamiento del dolor, la miseria  ajena bien  rebozado en una rancia costra de un nacionalismo español prepotente. Uno  grande que vuelve a querer imponer  el concepto de libertad caudillista a hostias.  Vox  interpreta  tonadas para sordos que, como tales, solo entienden de signos, emblemas, consignas y banderas. Y Vox, todo eso lo maneja de puta madre, como ha hecho toda la vida de (su) Dios.

AMPARANOIA- DOLOR DOLOR
DE ENCHILAO (2003)

El proyecto de Amparo Sánchez nacido en 1997 y acabado en 2008  es un vaivén de festividad, compromiso y mestizaje que tanto ha influido en mierdas bienrollistas de imitadores. Amparanoia es un cocktail de culturas y sentimientos bastardos que llevamos en los genes, aunque les pese a algunos, desde la llegada de los cartagineses a la tierra de conejos.

"Dolor, dolor
¿ Dónde tienes el dolor?"

 KIKO VENENO- LA HIGUERA
DE EL SOMBRERO ROTO (2019)

El imprescindible Kiko con una electrónica minimalista  y su divertido surrealismo habitual. Flamenquitos millennials absteneros y tomaros un Primperan para evitar los vómitos