viernes, 24 de junio de 2011

ETNIAS LABORALES

MR. OVERFLOW (ENCANTADO DE CONOCERME)
Conozco a una persona que no entiende que pueda caer mal a nadie. Es más, piensa totalmente convencido, que es imposible que haya alguna persona que no quiera ser amigo suyo o que no quiera reir  sus ocurrencias.
Cree que tiene un ingenio insuperable y un sentido del humor a prueba de bombas. Siempre tiene el último chiste más gracioso que se lo contó un pariente lejano, estupendo, que lo oyó en un casting de Operación Triunfo donde participó una prima suya, que está muy buena, y que se lo contó a su vez el peluquero de Bisbal.
 
En todas las reuniones, o comidas, es el único que grita con más  claridad. Es la reencarnación del nuevo hombre renacentista. Pues sabe de todo.  Si la conversación deriva a temas de automóviles, te dirá que su padre trabajó toda su vida con una persona que daba sombra al botijo del responsable de la escudería de Fernando Alonso. Si, por el contrario, hay alguna inquietud cultural, te dirá a voz en grito, que su hermano  es un  operador audiovisual que ha viajado por medio mundo gratis, que le trae entradas de Fórmula 1, de premieres de películas, pero que no va a ellas porque desde La Guerra de Las Galaxias no hay  nada mejor.
Eso por no decir todos los chollos que encuentra ( solo él ) y lo imbéciles  que somos los demás por no verlos. Que te puede conseguir un automóvil rebajadísimo  en un concesionario donde trabaja  un cuñado de un primo suyo del que asó la manteca.
Le encanta ser útil a los demás. Te hace ver la importancia de su opinión en cualquier materia y  habla y habla  sin parar. Envidioso por naturaleza, no soporta que, en el hipotético e improbable caso que tengas algún cacharro tecnológico ( por ejemplo, un pelador de gambas electrónico) con  una versión de firmware superior a la suya, hará que un sudor frío recorra sus sienes. Se pondrá colorado de ira  Y, seguramente te dirá que esa versión es una mierda y que no añade nada funcional  ni  práctico al rendimiento.
Edu, no tenemos culpa  de aguantar   tus inseguridades todos los días. Aunque, pienses lo contrario, no tienes ni puta gracia. Piensa que a lo mejor,  tu entorno , simplemente por educación, no te pone en el lugar que te corresponde: Atado, de cara a la pared y con una mordaza en la boca.

Y, no te equivoques, la sabiduría 
 siempre ha estado en las mismas manos:   

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