Tordesillas 11-09-2012 “ No. No nos da pena el animal”, contestan a coro. “Yo no soy el toro, ¿a mí qué más me da que sufra? Y los que tiran cabras o corderos desde el campanario, igual. Yo no soy la cabra ni el cordero. Me da igual”. ¿Cuántos años tienes? Trece, responde él. A su lado, un chaval que no pasa de los ocho, comenta: “Apunta que el año que viene gané yo el trofeo. Yo voy a matar al toro?”. ¿Por qué tiene tantas ganas? No lo sabe. Es la tradición." www.elpais.com
"Triste ceremonia de la desolación del ser humano" |
Entonces ¿Por qué nos extrañamos que un simple, e insignificante animal, sea torturado hasta la expiración por unas lanzas asquerosas oxidadas por el odio? Es lo que se espera y esperará de un país como éste: pasodoble, arena ensangrentada y campos de exterminio en vegas, todos unidos en perfecta comunión, una vez más en la triste ceremonia de la desolación del ser humano. Lo peor está por venir visto el chute de tradición que inoculamos a unos cachorros rabiosos que desean, a toda costa, probar el sabor de la sangre con la excusa de las fiestas. Descansa en paz Volante. No pudiste dar un giro a tu destino. Lo dieron por ti. Al igual que hacen con nosotros ,todos los días, en esta sociedad donde prima la prima.
Incultura y sadismo al fin y al cabo
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