He modelado una bandera
que, como todas, es para quemar.
En colores negro y color sangre.
Por el placer de crear"
Loquillo y Trogloditas
Se despertó, casi, en un día de independencia. Era una jornada como otra cualquiera: laborable y gris en una estación próxima a languidecer por el frío. Airadas arengas en televisiones locales y grandes marchas por las calles. Gritos al viento pidiendo ser dueños de un destino holográfico al que es inútil tocar. Se sintió, casi amnésico, al no poder recordar por sí mismo si, aquel, pequeño estado asiático, en el que vivía, era una monarquía o una república. Si era una dictadura real o inventada por una democracia. No se podía acordar, tampoco, del nombre de ningún dirigente. Se le olvidó hablar el idioma oficial del estado. Esto le preocupó sobremanera. Solo le salían palabras en inglés gracias a un curso por correspondencia que hizo hace años.
Quemar trapos ayuda a iluminar la razón y el sentido común |
Se despertó sobresaltado y sudoroso. Un tanto confuso por saber si era una pesadilla o acababa de percutir con su señora. Optó y decidió que fue uno de los pocos, y escasos, grandes polvos de su vida enfrentada con el, igual de rancio, nacionalismo estatal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar aquí