martes, 17 de mayo de 2011

GANAS DE TERQUEAR ( EN EUROPA)

EN EL FONDO (HAY SITIO)

"El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y potencial candidato presidencial francés, Dominique Strauss-Kahn, está bajo custodia policial en Nueva York y a la espera de comparecer ante un juez tras ser acusado de intento de violación, acto sexual ilícito y detención ilegal(...) Al frente del FMI, Strauss-Kahn había ganado numerosos elogios por su liderazgo en la crisis económica mundial y la participación de esta entidad en los paquetes de rescate en la crisis financiera en Europa. Pero también se había visto envuelto en un escándalo de naturaleza sexual, cuando en 2008 se le acusó de haber mantenido una relación con una de sus subordinadas en el Fondo, que posteriormente abandonó la institución." www.estrelladigital.es


Sala de reuniones en un gran despacho soleado. Planta catorce de un edificio en un complejo  empresarial del centro de Washington, D.C Dominique Strauss-Kahn desnudo de cintura para abajo bombea, tipo misionero, encima de la mesa con  Marie ( nombre supuesto), una de sus  secretarias.
La peluda espalda de Dominique, empieza a sudar y sus movimientos pierden ritmo. Marie, debajo de él, empieza a contener un bostezo que es entendido  por Dominique como un atisbo de éxtasis en la mujer

- Te gusta, ¿Eh? ¿Eh?- Un Dominique jadeante, sigue empujando a un ritmo aún mayor
- No lo sabes bien. Y la siento... Vamos. No veas cómo la siento.- Marie, disimuladamente  responde  a correos desde su Blackberry con  una sola mano.
 - Dime.  Dime ¿Quién es tu líder?- Dominique acerca su rostro a Marie.
 - Tú. Dominique. Tú eres mi graannn líder. Eres el faro que alumbra nuestra crisis. Y hablando  de crisis. Se te está encogiendo la  cosita con tanto hablar. Vámonos que nos vamos, corazón. Hay  reunión a y media y son ya y cuarto.
 - Joder es verdad.-Dominique se aparta rápidamente de la mujer-. No hay tiempo. Me voy   al  aseo a terminar.
  Marie, mientras tanto, se incorpora de la mesa.Termina de ponerse las bragas. Se atusa el cabello y termina de retocarse con el pintalabios. Sale del despacho. Afuera, un nutrido grupo de periodistas  espera una señal de la mujer:

 - Podeis entrar ya con las cámaras. Todavía no ha tirado de la cisterna. Pasad antes que se limpie con  los fondos del último  rescate.

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