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MADRES DE NUESTROS HIJOS

Educadora de  frustración y  adolescencia hormonal con patas. Causa, origen y motivo del movimiento perpetuo. Ausencias consentidas. Te abres de complacientes piernas y  te insemina odio y rabia. Engendras hijos como podrías parir tomates. Muchos y largos años. Babas, fiebres, pulsos con el destino y con él. Él, enganchado al plasma de los domingos y  la mano derecha encallecida de los golpes que, a escondidas, te da.

Tus hijos, semillas del dolor, lamentan  el ruido de fondo y el sonido de huesos rotos. 

Hay flores negras esparcidas por el pasillo. Tus hijos te ayudaron en tu último esfuerzo. Hoy, primer domingo de mayo, habéis acabado con el monstruo de tus días. Saturno, jamás volverá a devorar a sus vástagos. Con ellos has compartido el frío acero de la muerte y se lo habéis incrustado en  un corazón inexistente. Es hora de celebrar este día. Podéis ir al chino de la esquina o puedes dejar que ellos te compren un  par de rosas.

Hoy sale el sol. Ya iréis mañana a la comisaría.

Del túnel del tiempo Jethro Tull  y Mother Goose