viernes, 16 de noviembre de 2012

GANAS DE TERQUEAR

DARLE A LA BOTELLA
"La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha pedido a la Virgen de la Almudena, en la eucaristía que se celebra (...) en honor de la patrona de la capital, que ayude a los padres de las cuatro fallecidas en el recinto ferial Madrid Arena a "sobrellevar el dolor de su ausencia".www.elpublico.es


Alberto, cuando se marchó a su flamante ministerio de Justicia "popular", intentó buscar un digno  descendiente suyo. Miró alrededor. No vio a nadie hasta que se le ocurrió  correr una cortina del balcón del Ayuntamiento. Allí, agazapada, se encontraba la  temblorosa Botella.
- Tú serás mi sucesora.  Encima de la mesa tienes los papeles. Adiós.
Jamás olvida esta circunstancia  que le brindó Alberto y otras muchas causas y azares que le vienen a la cabeza. Por eso, allí, esa tarde fría otoñal. tumbada en un solitario spa de Sintra, abre sus pensamientos a la Vírgende la Almudenapara que le ayude a pasar el amargo trago de estar en boca y en tráquea de todo el mundo. No  hay nada como alejarse del mundanal ruido de las responsabilidades e irse de puente,  de swinger,  con Durao Barroso y Chemita.

Perdone Su Santidad. No encuentro ni la cremallera de su bragueta
ni mis responsabilidades ni pluma para firmar a favor del aborto


"Es mi vida privada. Nadie tiene que poner en tela de juicio mi integridad. Vírgen mía, ya sé que las víctimas también tuvieron vida privada y podrían llegar a tener mucha más. Pero la mía está al servicio de los madrileños de España y todo poder conlleva responsabilidad ( para otros). No dejé ni un minuto de  pensar en esta tragedia. Te paecequé lo que lleva el botellón y la música de garrafa. Y, si encima  se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas. Y, si una de ellas es Golden y la otra Fuji ¿tampoco? ¡Qué follón virgencita!"
Así se tiró, con estos soliloquios,  más de  diez minutos y medio. Al final, encontró la solución. Se  tapó los ojos con una venda y se puso cara a una pared de la ducha escocesa. Pensó y, hasta se lo llegó a creer, que nada externo a esa ducha existía. No ha pasado nada. Nada malo está sucediendo...
Un asistente del spa le trajo una bandeja con un vaso y un Johnnie Walker de un par de años.
 -¿Esto de darle a la botella no será una redundancia?- Pensó- Ya lo decía la canción: A problemas sin remedio, litro y medio.

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