Dirección: J.A. Bayona.
Año: 2012.
Decir, para empezar, que las expectativas antes de enfrentarse con este film eran buenas y, visto el resultado, da cierta pereza ponerla a parir. A su favor decir dos cosas buenas: técnicamente es una película sensacional ( sobre todo la primera media hora). Posee alguna imagen poderosa e impactante como la del personaje de Naomi Watts apoyada en un cristal donde parece ser que el tiempo se paró antes de la catástrofe. La segunda cosa buena es la sobresaliente banda sonora de Fernando Velázquez. Bayona sabe que tiene una gran partitura en sus manos y se dedica a hacer uso y abuso de la misma de forma indiscriminada durante todo el metraje. Es aquí donde radica, a nuestro entender, el pequeño o gran timo emocional. La música intenta jugar con los sentimientos del espectador. Nos indica donde debemos pararnos a reflexionar. Donde se nos tiene que escapar una lágrima y dónde tenemos que sentir miedo. Entonces ¿de qué nos sirve que Bayona nos transporte con unas sobrecogedoras panorámicas al inmenso horror de la catástrofe del tsunami de Tailandia en 2004? Absolutamente para nada. Parece que no confía en la historia real ( que nos venden insistentemente) y, no le falta razón. La historia es mínima ( quizá como las grandes historias de gente mínima) El guión, insistimos, es de una simplicidad aplastante porque, está claro que el tsunami se lo va a llevar todo hasta las motivaciones, anhelos y deseos de unos personajes que, lo único que buscan es el reencuentro ante la tremenda separación a la que les ha sometido la desgracia real. Podría ser el perfecto spot del "Vuelve. Vuelve a casa por navidad" ( nunca mejor dicho y filmado).
¿Que decir de los actores? Naomi Watts sufre muy bien. Nada que ver con sus tremendas e impresionantes interpretaciones en Madres e Hijas de Rodrigo García (2009) o 21 Gramos de Gonzalez Iñarritu (2003). El mejor, con diferencia es el personaje de Lucas (Tom Holland) y es donde recae todo el peso de la tragedia y, por ende, la marca indeleble de Spielberg en, esta segunda y, un tanto, engañosa película de Bayona apta para ver, entre sueños, cualquier fin de semana después de comer. Pensamos que, tal vez, o no, este director tenga algo mejor que ofrecer en un futuro. Solo nos alegramos, de verdad, del éxito en taquilla por otras dos razones:
¿Que decir de los actores? Naomi Watts sufre muy bien. Nada que ver con sus tremendas e impresionantes interpretaciones en Madres e Hijas de Rodrigo García (2009) o 21 Gramos de Gonzalez Iñarritu (2003). El mejor, con diferencia es el personaje de Lucas (Tom Holland) y es donde recae todo el peso de la tragedia y, por ende, la marca indeleble de Spielberg en, esta segunda y, un tanto, engañosa película de Bayona apta para ver, entre sueños, cualquier fin de semana después de comer. Pensamos que, tal vez, o no, este director tenga algo mejor que ofrecer en un futuro. Solo nos alegramos, de verdad, del éxito en taquilla por otras dos razones:
1.- Ahora es más complicado triunfar ya que las salas de cine desaparecieron hace veinte años. Lo que ahora existe son tiendas de chuches en cuyas trastiendas ponen películas.
2.- Lo Imposible ha atraído a personas que abominan del cine español por sistema. Este film ha conseguido burlar la gran ignorancia de estos lerdos sin escrúpulos y les ha hecho pagar una entrada por una película española. En este caso, el fin justifica los medios.
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