lunes, 15 de noviembre de 2010

DE COMPRAS SÁBADO POR LA TARDE

Con el cigarro entre los labios y su bastón en la mano izquierda, zarandeaba la derecha en dirección a aquella mujer, conductora de un audi todoterreno, más grande que un tráiler. Llevaba toda la tarde en la planta sótano 2 del corte inglés en busca y captura de todo aquel que se atreviera a aparcar en los espacios para discapacitados. No llegó a tiempo a hacer lo propio en el sótano 1 porque todos los sitios ya estaban ocupados por más audis todoterreno más grandes que trailers.
Sólo tenía la autorización un opel corsa del año 96 porque su ocupante se anticipó al  pijerío y lo pudo aparcar. Se bajó, montó su silla de ruedas y se alejó mientras miraba de reojo a este quijote de los aparcamientos luchando contra los molinos del consumo.   
Resultó persona jubilada, pero siguió siendo discapacitado y, como aquel suntuoso edificio del corte inglés solo le permitía verlo a distancia, decidió que un día tendría que hacer algo en beneficio de los demás, pero ahí dentro.
Con  su cigarro en la boca, su bastón en la mano izquierda, zarandea la derecha en dirección a todo aquél que atente contra su dignidad y les exige respeto a todas aquellas que no tienen ni derecho ni justificación para ejecutar actos que sólo están realizados bajo la clandestinidad y la inmunidad, gente a la que les importa un bledo el resto de la sociedad.    
Él me proporcionó el sitio aquel sábado por la tarde, que coincidía con los 8 días de oro del corte inglés.
No me pareció oportuno recordarle que allí no se podía fumar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar aquí